La mayoría de las personas no han tenido la experiencia de hallarse ante una situación de peligro inminente y cuando esto ocurre algunas personas toman decisiones que incrementan al peligro para ellas y también para los demás. Así, los comportamientos que se producen van desde una actitud de calma hasta un verdadero pánico.
Parece un hecho constatado en la historia de los grandes siniestros que el miedo a morir ha causado muchas más víctimas que el siniestro mismo. Se afirma por ejemplo que, en caso de catástrofe de regulares proporciones, sea cual sea su naturaleza (incendio, explosión, inundación ... ), el pánico ocasiona más daños y víctimas que la catástrofe en sí.
Ante una catástrofe a menudo las reacciones de las personas no son las apropiadas, pudiendo provocar como resultado numerosas pérdidas de vidas. Si describimos las reacciones más generalizadas, se puede decir que durante el período de impacto:
· Del 10-25 % de las personas permanecen unidas y en calma, estudian un plan de acción y posibilidades.
· El 75 % manifiesta conducta desordenada, desconcierto.
· Del 10-25 % muestran confusión, ansiedad, paralización, gritos histéricos y pánico.
Factores individuales asociados:
LA PERSONALIDAD: como se pueden ser la histerica, la depresiva y la obsesiva.
NIVEL DE FORMACION.
SEXO
EDAD
CONDICION FISICA
AISLAMIENTO APOYO - EMOCIONAL
TOLERANCIA ALA FUSTRACION.
TENDENCIA AL GREGARISMO
TERRITORIALIDAD
LIDERAZGO
Las medidas preventivas y las actuaciones serán más eficaces si intervienen sobre las fases iniciales del proceso. En cuanto las medidas preventivas tiendan a cortar esta secuencia de excitación emocional extrema, el proceso de toma de decisión (combatir, evacuar, protegerse...) resultará más sencillo y se evitarán contagios, a otras personas, de comportamientos inadecuados a la situación.
El proceso de conducta de las personas ante la emergencia se inicia por la propia forma de presentarse, el contexto, el espacio y las características del mismo. Se produce, por parte de los sujetos, una percepción de la situación y de la amenaza que supone. En este momento, se activa el sistema nervioso autónomo y se producen en paralelo evaluaciones sobre el contexto y los recursos adaptativos propios para superar cualquier daño o pérdida. Estas evaluaciones pueden no ser conscientes, pero producen un estado emocional consciente a partir de su interacción con nuestros planes de acción o nuestras acciones. Así, la persona, tras la activación y la evaluación realiza acciones o planes de acción, inicialmente de evitación, huida, protección... buscando el bienestar.
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