miércoles, 5 de octubre de 2011

TRASTORNO DE LA PERSONALIDAD OBSESIVO-COMPULSIVO Y DE EVITACION.

El trastorno obsesivo-compulsivo (T.O.C.) es un trastorno perteneciente al grupo de los desórdenes de ansiedad (como la agorabia, la fobia social etc). El descubrimiento de que algunos fármacos son eficaces en el tratamiento del T.O.C. ha cambiado el punto de vista que se tenía de esta enfermedad. Hoy no sólo existen terapias eficaces sino que también hay una gran actividad investigadora sobre las causas que producen esta enfermedad y una búsqueda de nuevos tratamientos.
Una persona con T.O.C. se da cuenta de que tiene un problema. Normalmente, sus familiares y amigos también se dan cuenta. Los pacientes suelen sentirse culpables de su conducta anormal y sus familiares pueden enfadarse con ellos porque no son capaces de controlar sus compulsiones. Otras veces, en su deseo de ayudarles, pueden aparentar que los síntomas no existen, justificarlos o, incluso, colaborar en sus rituales (acción que se considera contraproducente). Cerca del 10% de personas con T.O.C se ha intentado suicidar o toman antidepresesivos Los síntomas y la importancia que implica el T.O.C. pueden presentarse a cualquier edad pudiendo producir una importante discapacidad: la OMS  lo incluye entre las 20 primeras enfermedades discapacitantes con una prevalencia del 0,8% en los adultos y del 0,25% en niños y adolescentes, y entre las 5 enfermedades psiquiátricas más comunes.

La principal característica del trastorno de personalidad por evitación es un patrón general de inhibición social, unos sentimientos de inadecuación y una hipersensibilidad que comienzan en la adolescencia o al comienzo de la edad adulta y que se dan en diversos contextos.
Evita trabajos o actividades que impliquen contacto interpersonal debido al miedo a las críticas.
  1. Es reacio a implicarse si no está seguro de que va a agradar.
  2. Demuestra represión en la intimidad por miedo a ser avergonzado o ridiculizado.
  3. Está preocupado por la posibilidad de ser criticado o rechazado socialmente.
  4. Está inhibido en las situaciones interpersonales novedosas debido a sentimientos de inferioridad.
  5. Se ve a sí mismo socialmente inepto, personalmente poco interesante o inferior.
  6. Es reacio a correr riesgos o a implicarse en nuevas actividades debido a que pueden ser comprometedoras.
Los sujetos con este trastorno tienen la creencia de que el resto de las personas lo están juzgando o criticando constantemente, por su aspecto, sus acciones, etc. Esto hace que estos sujetos "eviten" cualquier situación en las que puedan ser criticados, volviéndose solitarios y reacios a relacionarse con otras personas. Realmente, desearían poder tener estas relaciones, pero su complejo de inferioridad, que proyectan en los demás, se lo impide.

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